Las primera historia narra cómo un hombre ebrio decidió robarle la placa a un automóvil que estaba estacionado. Mientras caminaba por la acera, se acercó al vehículo y le desprendió la placa sin grandes complicaciones. El problema empezó cuando descubrió que ese auto era una patrulla y que dentro de ella se encontraban dos policías.
En YouTube se puede ver cómo un hombre falla al robar un banco. Su error más grave fue el no percatarse que la puerta se abría de manera distinta a la que él pensaba.
En Polonia, dos jóvenes saquearon la bóveda de un banco. Colocaron los fajos de billetes en bolsas de plástico y huyeron. Sin embago, las bolsas no resistieron el peso del dinero y se rompieron. La policía atrapó a los malhechos después de seguir el rastro de billetes que habían dejado a su paso.
En Varsovia, un hombre fue detenido después de haber hurtado un rollo de papel higiénico del baño de un restaurante. De acuerdo con la legislación polaca, ese delito podría hacerle pasar diez años en la cárcel.
Otros fracasos de la delincuencia han sido capturados en video y posteriormente dados a conocer en la red, como ocurre con los siguientes maleantes.
Todo tipo de robo, por muy pequeño que sea requiere de planeación. El siguiente "amante de lo ajeno" parece no haber ni siquiera ensayado los pasos a seguir para asaltar una tienda comercial, pues justo al momento de encarar al dueño perdió su arma.
Por increíble que parezca, un hombre asaltó un establecimiento de cámaras de seguridad. Para pasar desapercibido, decidió "disfrazase" de fantasma; sin embargo, el plan no resultó como él esperaba.
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